viernes, 16 de noviembre de 2012

Sadako Sasaki y las mil grullas de origami. (Por: Tsukiko)


Retrocedamos en el tiempo, volvamos al 6 de agosto de 1945 a las 8:15. Estados Unidos deja caer sobre Hiroshima a Little Boy, la bomba atómica.

Sadako Sasaki era una niña que sólo tenía 2 años cuando cayó la bomba, y, aunque no estuvo entre los miles de muertos que hubo, su casa estaba situada a una distancia de aproximadamente dos kilómetros del lugar donde explotó. 

Diez años después de esta tragedia, a Sadako a veces le faltaba el aire o se mareaba, pero siempre pensaba que era a causa de no desayunar por las mañanas. Sin embargo, la cosa no fue a mejor con el paso de los días. Finalmente acabó en el hospital, donde le diagnosticaron leucemia. 
Sadako tenía una amiga que se llamaba Chizuko, la cual iba a visitarla al hospital durante su recuperación. En una de las visitas, Chizuko le contó sobre la leyenda de las mil grullas:
- "Si una persona enferma hace mil grullas de origami, los dioses le concederán su deseo y la curarán".

Es así como Sadako deseó curarse, y comenzó a hacerlas cada vez que podía (pues su estado se lo impedía a veces), y las enfermeras fueron colgando en el techo cada una que realizaba. Pero ella murió a los pocos meses, habiendo sólo completado 644 grullas. Sus amigos continuaron su deseo y misión, y completaron las 356 grullas restantes, para que Sadako fuese enterrada con ellas. 
 Esos amigos que tenía no pararon de pedir que se construyese un monumento en honor a ella y a todos los niños y niñas que habían muerto como consecuencia de esta bomba. Efectivamente, tres años después de su muerte se puso una estatua en Hiroshima, y que actualmente sigue en pie. Este monumento está hecho con 140 mil ladrillos, número de víctimas total, y en lo alto se alza la figura de una niña, Sadako Sasaki, con los brazos elevados y una grulla sobre ella.

A día de hoy, el día de la paz en Japón, el 6 de agosto, las personas siguen yendo debajo de su estatua a colocar las mill grullas, para transmitir un mensaje de paz por todo el mundo. Y ustedes os preguntaréis, ¿por qué una grulla?. Bueno, para los japoneses, las
grullas son animales que viven mil años y son consideradas como el símbolo de
la paz y salud, al igual que para nosotros lo es la paloma.

Definitivamente, esta historia, entre otras muchas, nos lleva a pensar en lo injustas que son las guerras; cómo con el paso del tiempo sigue habiendo gente que sufre por ellas; y cómo importan las personas que viven con un sueño, esas personas que inspiran a muchas otras sin importar en la circunstancia en la que se encuentren. 

                                                    ----- Tsukiko -----

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