viernes, 9 de noviembre de 2012

Maneki-Neko. (Por: Tsukiko)


Los gatos de la suerte, esos que están en todos los comercios chinos. Puede llegarse a pensar que es un simple muñeco que se ha puesto de moda, pero estos felinos tienen su merecida historia y leyenda. 

Pues se trata de "Maneki-neko" (que viene a decir algo como "gato atrayente"), un gato japonés (¡¡NO SON CHINOS!!) del que se dice que siempre trae buena suerte a la persona que lo posea. 
Todos sabemos que se representan como saludando (principal confusión en los occidentales) con una pata pero, ¿sabíais que según la pata que mueva significa una cosa diferente? Si la que mueve es la derecha se dice que traerá prosperidad y dinero, y si es la pata izquierda atraerá a clientes al local.
Tradicionalmente eran negros, rojos y blancos, aunque actualmente ya se pueden
encontrar de cualquier tipo, desde dorados hasta de Hello Kitty.

Según nos cuenta la leyenda, en un templo de Tokio vivía un pobre sacerdote, que aunque tuviese pocos bienes y alimentos siempre los compartía con su gato, llamado Tama. Un día de tormentas, pasó por allí un comerciante y se cobijó bajo un árbol que había cerca del templo hasta que parase de llover. Pero entonces vió cómo el gato le hacía señales con la pata para que se acercase al templo, y cuando se acercó a él, cayó un rayo sobre el árbol. Como estuvo muy agradecido, se hizo amigo del sacerdote, y este y su gato Tama jamás volvieron a pasar hambre. 

Pero ahí no queda la cosa, los japoneses nos han transmitido dos leyendas más. 

La segunda nos habla de una cortesana que se llamaba Usugumo, cuyo gato, una noche, empezó a jugar con su kimono. El propietario del local, al ver a ese gato con el kimono pensó que estaba embrujado, por lo que le cortó la cabeza. Usugumo estaba muy dolida tras la muerte de su mascota, y para hacerla sentir mejor, uno de sus clientes le hizo un dibujo en madera de su gato y se lo regaló. 

La tercera leyenda nos cuenta acerca de una mujer mayor que se vió obligada a vender su gato porque no tenía siquiera para comer. Al poco tiempo, su gato se le apareció en un sueño y le dijo que hiciera su retrato en arcilla. Así hizo y no tardó mucho en venderla. Comenzó a dedicarse a hacer más estatuas iguales, pues todo el mundo parecía encantado con estas figuritas. De esta manera, la señora se hizo rica.

Los japoneses, en general, creen que si acogen a un gato callejero, la buena suerte
vendrá hacia ellos. Para finalizar, os dejo con un proverbio japonés:
"
猫に小判" (Neko ni koban). Literalmente es: "Da monedas de oro a un gato negro", y significa "Da algo de valor a quien no lo valora".

                                                            ----- Tsukiko -----

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