La respuesta puede ser bastante sencilla: porque está bajo la
jurisdicción del Reino Unido. Este dato es, seguramente, conocido por la mayoria de los españoles. Pero lo que no tantos conocen es la
historia de por qué el Peñón de Gibraltar pasó de manos españolas a
manos británicas.
En el 1 de noviembre de 1700, Carlos II de Austria moría sin descendencia. Con él, la rama española de los
Austrias perdía la corona de España y comenzaba uno de los mayores
conflictos sucesorios de la historia de Europa.
Un año antes de la muerte de Carlos II, moría José Fernando de
Baviera, el sucesor acordado.
Ello provocó que días antes de su muerte, Carlos II tuviera que
reescribir su testamento, nombrando como sucesor al nieto de Luis XIV de
Francia, en total oposición a su esposa y regente.
Luis XIV aceptó el testamento de Carlos II en beneficio de su nieto
en cuanto llegaron las noticias del fallecimiento del monarca español a
Versalles. Pocas semanas después, Luis IV viajará con el ya Felipe V
de España a Madrid, donde presentará al
nuevo monarca ante los españoles.
Esta nueva alianza entre franceses y españoles no fue bien vista en
el resto de Europa, formándose pocos meses después la Gran Alianza de la
Haya, uniendo los intereses de Gran Bretaña, las Provincias Unidas de
los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano Germánico. La tensión
creciente hizo que en mayo de 1702 esta alianza declarase la guerra e
España y Francia, apoyada por los españoles fieles al Archiduque Carlos y
otros reinos afines, comenzando así la Guerra de Sucesión Española.
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